martes, 29 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
la falta de costumbre me asfixió.
Nadie avisa..
y deberían servir dosis de coherencia
junto al café.
Resulta que uno y uno no eran dos,
sino a veces incluso medio:
media yo colgada
columpiándome de orilla a orilla,
y en equilibrio sobre una astilla.
Se alzan altos hasta fugar,
y arrancar del asfalto, lo aseguro,
no se vive tan mal.
(cuesta.)
Se oyó un chasquido;
y no vi qué puerta.
¿hasta cuándo rebotan círculos concéntricos
tras la última gota?
Hay demasiada superficie de agua...
no exijo que sepan dónde caer
viernes, 11 de junio de 2010
Todos cargamos con la parte más insufrible de nosotros mismos diariamente, segundo a segundo, desde la más tierna edad hasta la languidez de nuestros últimos días, engordando hacia adentro, como el vacío que absorbe, y volviéndose cada vez más pesada e incómoda.
A solas, en la intimidad de nuestro silencio, ése Yo desheredado comparte cama con cada una de nuestras derrotas, cada uno de nuestros fallos, decepciones y enormes montañas de culpas. Cómplices de nuestro ego, pasamos la vida huyendo, ajenos a ése enfermizo romance inevitable entre los perdidos que continuará persiguiéndonos por detrás de la propia piel y entre las vísceras y que sólo creeremos ver traducido, como asomando, como amenazando, en miradas escrutadoras, en silencios densos, en palabras ácidas, en gestos mimetizados (y infinidad de otras combinaciones entre sustantivos y adjetivos que describan los más inverosíbiles actos ajenos en los que podemos vernos reflejados) que las más de las veces acallaremos con un beso o un bofetón; en una especie de ritual expiatorio.
Pasaremos la vida en equilibro sobre una cuerda floja, intentando apuntalar vigas de apoyo, de soporte, sin tener en cuenta la levedad, la brevedad de tal cuerda, sin comprender la masa ni la tensión de la que depende, sin saber cómo asegurar en ella la estabilidad, pero así vamos habituándonos a correr de una punta a la otra de la misma y a colgarnos y descolgarnos de ella, aprendiendo, casi y a ratos, a prescindir de la necesidad de controlarla.
miércoles, 9 de junio de 2010
Latencia
martes, 8 de junio de 2010
flash backs
tú me prometiste, yo te prometía;
conscientes ambos
por extensión, todo mentira.
Hiela fuera de ésta habitación
y hoy ya no son horas para despedidas:
que no serás tú,
ni seré yo,
ni habrá sido en ésta vida
DESINTOXICAR(SE)
Desintoxicarse debe consistir en expulsar, extraer, sacar, vomitar el veneno, una vez ya ha llegado a la altura del esternón.
Desprenderse de, romper con, sofocar la ansiedad; y no volver a sentir tensada la respiración a ésa altura…
Desintoxicarse debe consistir en una declaración de intenciones objetiva, fuera de ti, que describa y ordene lo de dentro. Voltear las cartas, todas boca arriba, sobre la mesa; mal que pese. Liquidar la jugada, darle a cada punto su vía de escape y final.
Desintoxicarse debe ser encarar, no huir; y arrastrar por las paredes angostas de la caja torácica, o la parte anterior del cráneo, soportando el dolor conceptual, ya encarnado, y ver-lo descomponerse al espirar.
Desintoxicarse debería es un punto de inflexión.
[DESINTOXICACIÓN f. Acción de desintoxicar. 2. Efecto de desintoxicar. 3. Proceso fisiológico o terapéutico que convierte en inocuas las substancias toxicas.
DESINTOXICAR tr. Prnl. Combatir la intoxicación o sus efectos.
INTOXICACIÓN f. Acción de intoxicar o intoxicarse. 2. Efecto de intoxicar o intoxicarse.
INTOXICAR (1.Toxicum, veneno; doble etim. Entosigar) tr.-prnl. Envenenar (emponzoñar) 2. Proporcionar una información excesivamente abundante o errónea con el fin de despistar o confundir.]