lunes, 26 de julio de 2010




























































nota mental:

Las horas pasan aquí igual que en la otra punta del mundo.


aunque te resulte extraño.

jueves, 22 de julio de 2010



Se nos tragarán las horas. Columpiándonos en abismos. Escapando de nuestras cosas, una y otra vez, en zig-zag. Ida y vuelva. Ida y vuelta. Ida y vuelta. Jugaremos en todas partes. Riéndonos cada vez más a menudo, más como locas, más como crías. Se nos tragará el metro, se nos tragará el tren, se nos tragaran una y otra vez todas ésas palabras ajenas. De desconocidxs para desconocidxs. Buscaremos nuevas rutas que deshacer. Seguirá existiendo ésta corriente rara, que seguirá arrastrándonos a otro lugar, y a otro, y a otro...





Y la ropa seguirá, cómo siempre, tendida. Secándose al Sol. Indiferente a todos ésas curvas y distancias.

miércoles, 21 de julio de 2010



Es cuestión de no aferrarse, parece ser. De aceptar el ritmo de las cosas y la gravedad que rige cada Universo. Es difícil (des)acostumbrarse a ciertas cosas, a ciertas personas. Pero no he encontrado otra manera de continuar.
Respirar es cosa de uno.


Me estoy enamorando de mis manos. De cada segundo que paso con ellas.

sábado, 17 de julio de 2010


Cuestiones de tacto


...voy a volverme loca.

martes, 6 de julio de 2010

Por todo eso, o por todo lo contrario, no reparé para nada en ésa posible bonita noche, ésas posibles bonitas palabras, ése posible olor a café por la mañana y a blanco y, y, y… a anuncio de Ikea más concretamente; cuando dejé, diría que rondando el minuto 16 tras su llegada, que comenzara a colonizar con sus dedos mi espalda, para terminar revolviendo mis sábanas y colarse entre mis piernas. Gajes del oficio, me imagino. O lo que, no sé si es tan distinto, significa tener mucha mucha sed.

Te hablaría de otros lugares si supiera cómo dejar el abrigo en el colgador ligeramente, y traspasar el umbral. Si supiera como sentarme sin ruido, ante una caja completamente hermética, sin fisuras (para desconsuelo de Pandora,) y abrirla levente con exhalaciones muy contenidas…pero enteras, continuas, reales.




Para una vez que respeto los límites entre mis costillas y las ajenas…Fíjese, en otras circunstancias le hubiera destripado sin miramiento, las costillas de cuajo. Todo ello muy a mi pesar, que la impulsividad nace, no se hace, y luego una la carga inevitablemente, mejor o peor maquillada, pero siempre latente a escasos centímetros de la piel.
Contenerme esta costándome una caja torácica contraída. Deseo solamente deshacer, ver fluir, de forma continua,




Si no me diera pánico la idea.

Viejos cassetes y mucho aire para asfixias de tardes de verano.
Delirios y otros juegos a la hora de la siesta..
Fugas a la hora de la siesta.
Se balancea de orilla a orilla, en equilibrio sobre una astilla.
Comerse al vecino.
Conversaciones absurdas en aeropuertos...