



aunque te resulte extraño.


Por todo eso, o por todo lo contrario, no reparé para nada en ésa posible bonita noche, ésas posibles bonitas palabras, ése posible olor a café por la mañana y a blanco y, y, y… a anuncio de Ikea más concretamente; cuando dejé, diría que rondando el minuto 16 tras su llegada, que comenzara a colonizar con sus dedos mi espalda, para terminar revolviendo mis sábanas y colarse entre mis piernas. Gajes del oficio, me imagino. O lo que, no sé si es tan distinto, significa tener mucha mucha sed.

Te hablaría de otros lugares si supiera cómo dejar el abrigo en el colgador ligeramente, y traspasar el umbral. Si supiera como sentarme sin ruido, ante una caja completamente hermética, sin fisuras (para desconsuelo de Pandora,) y abrirla levente con exhalaciones muy contenidas…pero enteras, continuas, reales.
Para una vez que respeto los límites entre mis costillas y las ajenas…Fíjese, en otras circunstancias le hubiera destripado sin miramiento, las costillas de cuajo. Todo ello muy a mi pesar, que la impulsividad nace, no se hace, y luego una la carga inevitablemente, mejor o peor maquillada, pero siempre latente a escasos centímetros de la piel.
Contenerme esta costándome una caja torácica contraída. Deseo solamente deshacer, ver fluir, de forma continua,
Si no me diera pánico la idea.